martes, 14 de mayo de 2013

Mi nail art de concientización: sobre el acoso sexual

Como muchas de ustedes seguro ya vieron, Ale hizo una convocatoria para el mes de concientización sobre el acoso sexual (Abril) y hoy iba a publicar la compilación de todas las colaboraciones. Por eso quise hacer una entrada el mismo día para acompañar mi nail art con una reflexión sobre este tema, que me afecta mucho, y seguro las afecta a ustedes también, mujeres que me leen.

El color de la concientización sobre el acoso sexual es el turquesa, por eso elegí un esmalte que me gusta mucho y que ya les mostré, Jade "Energy". Esta vez decidí ponerle un esmalte cremoso turquesa de base, y poner una capa de Jade, y como verán el efecto holográfico no disminuyó para nada, de hecho me pareció que el color se resaltaba mucho más.



Hay muchos tipos de acoso sexual; y afecta a ambos géneros, pero creo que podemos afirmar a esta altura de la vida, que la violencia de este tipo afecta mayormente a las mujeres.

La violencia sexual no es sólo de un individuo a otro, sino que también puede darse de manera general y a través de los medios, o de las normas sociales; visible sólo para los que se detienen a analizarlo; aceptado por la norma.

La publicidad, por ejemplo, es la que mejor se sale con la suya en cuanto a la objetificación de la mujer. La mujer en la publicidad siempre es super femenina, delicada, sexualmente pasiva y siempre disponible, permanentemente intentando ser sexy. Pareciera que nuestra mayor preocupación en la vida, según los medios, es estar siempre deseable para los machos. También a menudo sucede que vemos el cuerpo femenino demasiado falto de ropa, sexualizando el aviso, aún cuando es irrelevante en cuanto al producto que se está vendiendo.

Les dejo una compilación de publicidades que ilustran claramente lo que acabo de afirmar:



Lo grave de esto es que los medios influyen mucho en la manera de pensar de las personas; todos estamos expuestos a la repetición de ciertos conceptos que, aún cuando no nos demos cuenta, se instalan en nuestras creencias.

De las formas de violencia sexual, la que más me afecta en lo personal es el acoso callejero. Como mujer que tuvo curvas desde muy chica, creo que pocas veces me pasó de salir a la calle sola y que un hombre no me dijese algo. Nunca me voy a olvidar la primera vez que me pasó. Estaba con el uniforme escolar, caminando hacia mi casa, pensando en cualquier cosa, y un hombre me empezó a seguir y a decirme cosas bastante desagradables. Por suerte sólamente estaba a una cuadra de mi edificio; corrí y me metí en mi casa como si estuviera persiguiéndome una horda de zombies enardecidos. La impotencia y la rabia que me dieron en ese momento no serían fácilmente olvidables, especialmente porque la misma secuencia siguió sucediendo a lo largo de mi vida.

No lo cuento con felicidad ni con orgullo que los tipos me dicen "piropos"; la verdad que intento hacer oídos sordos la mayoría de las veces, porque sino me estaría agarrando a las piñas con un tipo cada media cuadra y llegaría siempre tarde a todos lados, además de que terminaría varias veces en la cárcel o en el hospital. Porque es eso lo que siento: ganas de matarlos a patadas. No es galantería, no es un halago, no es algo inofensivo un "piropo". Es una muestra del poder que sienten los hombres sobre nosotras; el presunto derecho a juzgar nuestros cuerpos y nuestro rostro y de ponerles una etiqueta. Que un hombre me diga "qué linda que sos" en la calle, me molesta igual que si me dijera que soy fea. Porque yo no lo autoricé a juzgar mi aspecto ni le pedí una opinión. Yo no ando por la calle mirando hombres y diciéndoles respectivamente "Qué bueno que estás", "Haría bien afeitarse eh!", "Bañate sucio!", "Qué cola papito!", primero porque no tengo ganas, segundo porque no tendría sentido, y tercero porque la gente me miraría como si estuviese loca; pero claro, si un hombre lo hace, nadie lo mira mal, nadie le pregunta qué está haciendo.

Y ni hablar si lo que te dicen no es un simple "halago", sino una grosería hecha y derecha, siempre concerniendo alguna parte específica de nuestro cuerpo, o lo que les gustaría hacernos. Yo me siento sinceramente violentada cuando es así. Muchas veces elijo ignorar porque tengo algo más importante que hacer en ese momento; y si me detengo a responder, sé que es con la probabilidad de que el otro esté loco y me quiera hacer algo. Pero últimamente, si la grosería es demasiado alevosa, no puedo evitar darme vuelta y contestar. Lamentablemente, estoy prefiriendo la posibilidad de que un tipo me pegue en la calle por contestarle una grosería, que quedarme callada y sentir que no hice nada para defenderme, que el tipo va a seguir caminando por la vida con la convicción de que las mujeres aceptamos sumisamente que nos digan asquerosidades en la cara como si no nos doliese.

Es gracioso como los hombres se sorprenden cuando reaccionás ante una grosería. Lo he escuchado todo, desde "Perdón", hasta "Agradecé que alguien te dice algo, gorda de mierda". Pero la mayoría de repente se vuelven chiquitos cuando una mujer reacciona, como si no supieran qué hacer ni qué pensar. Capaz que piensan que cuando una mujer contesta es porque está loca y les va a encajar un carterazo. Yo no acudo a la violencia física porque me parece una reacción desmedida, pero ganas no me faltan. Porque si yo fuera hombre, y otro hombre me agrede verbalmente en la calle como me lo hacen ahora, seguramente terminaríamos a las trompadas. Para mí es una injusticia tremenda sentir que físicamente tengo menos fuerza que la mayoría de los hombres que me dicen cosas en la calle, gozaría que me tuviesen miedo, que temiesen las consecuencias de decirme algo.

¿Por qué sucede esto y nadie hace nada? Creo que se debe a múltiples factores. Primero y principal, yo no creo que sus madres ni sus padres les hayan enseñado que decirle asquerosidades a las mujeres en la calle esté mal. Segundo, la sociedad creó un clima en el que el acoso sexual leve es no sólo aceptado sino justificado. Siempre es culpa nuestra por vestirnos provocativamente, por maquillarnos, por tener tetas o cola, todas esas cosas de las que la sociedad nos enseña a estar pendientes, y después se usan en nuestra contra de una manera u otra. ¿No es muy evidente la manipulación?

Como todos los vicios, este es uno que se corrige con educación. Dudo que la generación actual de hombres adultos pueda cambiar, porque están demasiado intoxicados de sexismo, tanto por los medios como por la falta de orientación. Pero cuando yo tenga hijos, tanto si son mujeres o varones, les voy a dejar muy en claro que nadie tiene derecho de agredir a nadie, de ninguna forma. Que todos somos dueños de nuestros propios cuerpos y nosotros mismos deberíamos elegir quién los juzga. Que el "piropo", ya sea aparentemente inofensivo o una grosería alevosa, es una invasión al espacio del otro, y donde empieza el espacio del otro, el nuestro termina.


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7 comentarios:

  1. Me encantó todo, la exposición sobre el tema y el nail art, que quedó di-vi-no! amo ese color. Quiero solamente agregarte un comentario, (siendo que estoy totalmente de acuerdo con vos en todo lo que decís), y es que hay muchas mujeres que son culpables de esta situación, y no es que quiera quitarle responsabilidades a los hombres, no, sino que quiero decir que es algo que se suma. Están a la vista de todo el mundo las mujeres que se exponen como un kilo de pulpa en la carnicería, y agarrándose de las mechas con la primera desgraciada que se atreva a recibir más "galanterías" que ella. Y se consideran, y se las considera, lo más hermoso y divino sobre la faz de este planeta, y ellas, encantadas y felices. Sé que son víctimas de la educación sexista de esta sociedad, o de la no-educación; en fin, que lo que quería agregar es que la culpa salpica para todos lados.
    Te dejo un abrazo. Me encanta tu blog....!

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  2. creo que socialmente no sólo está aceptado el piropo y la grosería, sino que hay gente que sigue pensando que a las mujeres nos gusta y nos reafirma. qué tan infelices se creen que somos que necesitamos que venga un chongo por la calle a decirnos que nos quiere garchar???

    pero lamentablemente hay mujeres que también piensan así. ayer en la radio justamente escuchaba, en una charla casual que tenían los conductores de dos programas, una de las periodistas diciendo "a una mujer le sube el autoestima que le griten cosas. si salgo a la calle un día y NADIE me dice nada, me empiezo a preguntar si me puse algo feo o si estoy horrible". bueno, muchas gracias por hablar en nombre de todas las mujeres y autorizar a todo el mundo a gritarnos porquerías. qué poco amor propio debe tener esa mujer.

    yo creo que ir cortando con ese mito de que es bueno para nosotras qe nos griten sería un gran comienzo. ponerse en el lugar del otro también sería una gran cosa. creo que de a poco se está logrando (un aporte copado, por desgracia no taaan difundido, es el corto "por la calle" de hugo meyer).

    bueno, muchas gracias por tu aporte! ya estoy subiendo todo :)
    beso!!!

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  3. Muy buena entrada, totalmente de acuerdo con todo lo que decís y nunca mejor explicado. Yo también soy de las que contesta. Siempre hacía oídos sordos y seguía caminando, pero un día hace 2 años me pregunté por qué tenía que sentirme mal por las cosas que me decían y esas personas podían seguir con su vida como si nada? Me cansé. Cada vez que me dicen algo me doy vuelta y les contesto. Fuerte, que se enteren todos. Lo que pasa es que la gente en la calle te mira como si estuvieras loca o fueras exagerada porque claro, para que están las mujeres sino para que le griten cosas? Para que te pusiste eso sino? Para colmo muchas veces tengo miedo que pase a mayores, más si estoy sola en la calle. Pero fue, estoy harta de que no nos respeten.
    Es increíble cuán naturalizado está socialmente, pero como vos tengo fe en que esto cambie en un tiempo, en que las mujeres de ahora se concienticen y así también lo hagan con sus amigos hombres e hijos.

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  4. Opino igual que vos, pero sabés lo que más me molesta? Hace unos años, habia una publicidad de la crema Hinds AntiAge con Karina Mazzocco, en dónde esta mujer se ponía mal por los signos de edad y al usar esta crema se sentía mejor, y mostraban cómo caminaba frente a una obra en construcción y sonreía ante los comentarios de los obreros... LA ODIE. Y me causa desprecio la Mazzoco -o como se escriba- por hacer esa publicidad y escena, queriendo decir que nos gusta que nos digan cosas. Hasta pidiendo: ¡diganme cosas que sino me siento vieja! Ojalá tenga 80 años así ni me miran en la calle.
    Es algo que hablo seguido con mi novio, porque realmente siento miedo. Si no estoy con él, y como le contaba a Alesita, me visto de manera que me siento "segura", pero no causa efecto lamentablemente. Estando con él, me animo a ponerme más linda, porque él es el límite; pero está mal que sea así, no tengo por qué depender de estar con él para usar un jean que tanto me gustó. Pero no puedo sino, no quiero vivir más malos momentos. No más.

    Te mando un beso grande, te entiendo completamente y ojalá algo mejore. No sé como, pero algo. Por mi parte, detesto a mi viejo por lo baboso que a veces es, y cuido de que mi hermano más chico sea siempre respestuoso con sus amigas y mujeres.

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  5. Muy buena la entrada, una buena reflexión de lo que pasa en la sociedad. Yo también tuve la desgracia de sacar curvas de chiquita y la verdad que es una sensación horrible caminar por la calle y tener que escuchar esas barbaridades, en cierta forma te despojan de la inocencia que te corresponde por ser una nena y la reemplazan con todo eso de lo que nos tenemos que cuidar las señoritas decentes (y si, iba a colegio católico así que imaginate) Lo mas triste es que esos tipos que te gritan barbaridades son los mismos que se horrorizan si le dicen esa misma barbaridad a la madre y se van a las manos si se lo dicen a sus novias/esposas/hijas/hermanas para después decirles que no se vistan provocativas que "Mira lo que pasa" Se manejan con esa moral dudosa que la verdad me da a veces mas bronca que las cosas que dicen.

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  6. Me gustó el nail art y también toda la entrada. Este tipo de cosas me sucedió una sola vez cuando estaba con mis amigas; un grupo de chicos más grandes nos empezó a gritar cosas cuando estábamos a una cuadra del colegio y automáticamente empezamos a correr , hasta que llegamos y le explicamos a la directora y al preceptor. Por un lado había sido medio "broma" pero, si bien me causó gracia nuestro instinto de salir corriendo, a mí me pareció feo y me quedé media mal.
    Siempre me da "miedo" o vergüenza que me digan cosas o algo así, es re feo. Me parece muy machista lo que algunos hombres hacen, sinceramente.
    Un beso!

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  7. Qué grosa, me encantó tu entrada. Pienso lo mismo que vos!!! A medida que iba leyendo tus palabras, con cada vez más énfasis, con más energía, con más bronca y sensación de injusticia, dije: esto lo escribí yo!!!??? jaja Más allá de sentirme súper identificada con tus palabras, creo que el machismo está en todos los órdenes. La mayoría de las mujeres son machistas y celebran el machismo. Tal cual vos decís, un tipo puede voltear la cabeza hasta quedarse con tortícolis para mirarte el culo ( y hacerlo evidente, no relojear cuando vos no lo vés..) y decirte cosas, dsd las más boludas hasta las más zarpadas, y todo eso está "aceptado" y "bien visto". Desde que era una pre adolescente que eso me irritó! No tolero que te miren el culo como un objeto, que emitan juicios sobre tu cuerpo gente q ni te conoce ni jamás lo hará y que ni le pediste opinión!! Es violencia, es violencia hacia la mujer!!! Yo puteo a quien me dice algo, siempre lo hice y me he peleado hasta con un pibe de un quiosco porque me dijo "hola hermosa" (medio maniática la mina..), pero NO TOLERO en absoluto esa falta de respeto. Gracias x compartir estos sentimientos con nosotras nena, me sentí tan identificada!!! Besos

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